Felipe Bracelis | El arte del desarraigo

“Mi trabajo suele hacer hincapié en temáticas universales como la naturaleza, la urbe, el erotismo y las plataformas digitales”, comenta Felipe Bracelis (26), tratando de explicar cómo su obra se ha ido nutriendo de viajes, de los distintos lugares en los que ha vivido a lo largo de su vida, de su desarraigo. De hecho, es esa la palabra que usa: desarraigo. “Siento que este desarraigo ha hecho que temáticas políticas o sociales puntuales, o locales, no logren captar mi atención del todo. Siento que además tengo una tendencia a querer que la obra se movilice y exporte, lo cual es una proyección de la dinámica que ha tenido mi propia vida desde pequeño”, agrega.

Licenciado en Artes Visuales de la Universidad de Chile, la obra de Felipe Bracelis encuentra su punto de partida en el desarrollo de distintas temáticas a partir del estudio de éstas, de tal manera que el soporte material –madera, fotografía, pintura, cual sea–sólo contribuya a la lectura final del concepto que busca desarrollar. Pone de ejemplo su experiencia en Quebec, Canadá, durante una residencia que llevó a cabo este año. Ahí el entorno es húmedo y boscoso, con lagos y ríos como en el sur de Chile, de modo que, ante la necesidad que tenía de llevar aquel ambiente a la galería, realizó sus trabajos con corteza de árboles, pintura mezclada con agua de lago, materiales encontrados a la intemperie, etcétera. “A lo que voy con esto es que el aspecto de las obras que haga siempre cambiará dependiendo de los temas a tratar o el mensaje a transmitir en dicho momento”, concreta.

Entre otras cosas, ha trabajado como curador –junto a Guy Berube, director de La Petite Mort Gallery, en Ottawa– para las exposiciones Flesh Garden (2012) y Post Mortem (2013); expuso en solitario su muestra Creatures I saw (2014), el resultado de su residencia en Quebec; y está rehaciendo vínculos con el Book Shop del Tate Modern, lugar en el cual logró vender algunas ediciones de su revista YESSR Magazine. El proceso que lo condujo a esto tiene mucho que ver con su biografía, con sus intereses, tensiones y experiencias. Y, por consiguiente, su obra se ha nutrido también de eso. “Mis primeros trabajos fueron desarrollados de forma digital: desde collages a partir de fotografías hasta proyecciones de video sobre muro”, cuenta. Sobre esas obras, agrega que todas contenían el fondo blanco, severo, y la presencia del desnudo masculino como eje formal, siendo la fragmentación del cuerpo y la relación cuerpo/naturaleza los conceptos que están más presentes. “Por mucho tiempo viví en el campo y esto ha hecho que la naturaleza siempre se cuele en mis obras y que mi mirada se vaya hacia este elemento –explica–, pero al mismo tiempo, y por un tema generacional, el uso de la tecnología y los lenguajes digitales han mermado de cierta forma esa arista ecológica, o natural, hacia una idea más parecida a la interacción humano-ambiente y en la captación de esta dimensión a través de cámaras, softwares y plataformas de difusión digital”.

Suele masticar y digerir mucho tiempo una idea antes de comenzar a desarrollarla. Distribuye los procesos, designa etapas, busca soluciones técnicas y de gestión, todo un método que puede tomarle meses. Por eso tampoco tiene un taller fijo. “Mi obra no siempre requiere un espacio tradicionalmente de studio, pero sí busco un lugar propicio para trabajar cuando la serie o exposición lo requiere”, dice. Esas ideas, que luego desarrolla, pueden surgir de una fotografía, de algo que vio en la calle o de un paisaje, casi un chispazo antojadizo, pero que luego deviene en ese método extenso de estudio y desarrollo.

A partir del 21 de noviembre, Felipe Bracelis formará parte del equipo de NO CUBRIR, el cual se presentará en el GAM en una acción de danza dirigida por el artista Sergio Valenzuela, y en la que participarán además la artista austriaca Lilly Pfazer y figuras chilenas de la danza contemporánea. Y luego, desde el 28 de noviembre, mostrará su trabajo junto a Iván Olivares en la muestra Proyecto Calle, en el Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna. “A través de distintas obras –explica refiriéndose a esta muestra– realizamos un relato y estudio plástico de la figura del vagabundo, la pancarta publicitaria y la interacción de estos dos vestigios orgánicos de la urbe”.

Comentarios

comentarios

No Comments Yet

Comments are closed